Si no vivimos empecinados en hacer lo contrario, en realidad, “SÍ RESULTA FÁCIL DESCUBRIR NUESTRA MISIÓN EN LA VIDA”.

La manera más efectiva de comprobar esto es comenzando por las misiones que sí cumples a cada momento y que son sin duda imposibles de aplazar en la vida.
- LA RESPIRACIÓN, respirar es la primera misión que debemos cumplir al nacer, de hecho, el doctor o quien atienda el parto, lo primero que hace con el recién nacido, es ayudarlo a respirar y a partir de la primera inspiración ya no podrás parar mientras vivas.
- LA ALIMENTACIÓN, alimentarnos es la segunda misión, si no la cumplimos oportunamente vamos a fracasar sin remedio en la vida.
- DORMIR, si no cumplimos con esa misión, es porque hay problema con las dos anteriores y habrá complicaciones para mantenernos sanos, de ahí que los recién nacidos duerman la mayor parte de su tiempo.
- SOÑAR DORMIDOS O DESPIERTOS, esta misión casi la cumplimos en automático, pero nuestros sueños dependerán del grado de satisfacción que obtenemos al cumplir con el proceso de las tres primeras misiones. Si hay fallas en alguna o en varias, seguro convertiremos nuestra vida en una pesadilla.
- ACTUAR, esta misión es donde se originan todos nuestros problemas, porque la mayor parte del tiempo no actuamos por iniciativa propia, sino a consecuencia de la forma en que cumplimos las primeras tres misiones, o sea, que mientras menos conciencia tengamos al respirar, al alimentarnos, al dormir y al soñar, mayores complicaciones tendremos para decidir como actuar y tomar decisiones que nos lleven a descubrir el sentido de nuestra misión global.