“LOS MEJORES REGALOS DE LA VIDA” SON LOS PRIMEROS QUE DESTRUYES, POR TU OBSESIÓN DE COMPRARLOS, AUNQUE LOS RECIBAS DE MANERA GRATUITA.

El consumismo a reclamado tal poder sobre nuestro estilo de vida, que para una mente ordinaria todo comienza y termina con el precio a pagar para consumir lo que le hicieron creer que necesita.
La filosofía común es creer que incluso nuestra propia vida es un consumible más y por eso acabó pensando que el precio para vivir es morir a diario en algo que no te gusta hacer y en consecuencia ya no busca el valor de las cosas, sino el precio de estas.
Los verdaderos retos de la existencia, en algún momento fueron devorados por el poder implacable del mercantilismo y como la sociedad ya vive aleccionada por la falsa idea, de que todo se volvió consumible, vivimos al tenor de los grandes intereses comerciales impuestos a la sociedad, tal y como sucede con el protagonista de Los Jardines del Pecado.
Es tanta la desorientación de cualquiera, que hoy día muy pocos tienen sentido común para comprender y aceptar algunas realidades tan claras como la que me permito citar a continuación:
“Aún cuando mueras por no dejar ir a quien despertó contigo, si lleva prisa por marcharse, debes permitirle volar tras el llamado de su propio destino”
Cuando la realidad finalmente nos atropella con una situación como la recién descrita, desalienta saber que una gran mayoría, elige aferrarse a lo que no puede ser y en lugar de celebrar esos regalos gratuitos de la vida, terminan fastidiados por aferrarse a lo que no les hace bien.
Te obsesionan los malos hábitos o los falsos placeres, pierdes la salud y luego pagas para recuperarla, igual sucede con el exceso de peso y en ese orden de ideas puedes agregar las que gustes, pero la salud es gratuita, si aceptas vivir en armonía con la naturaleza.